EL HOMBRE POLÍTICO
COMO OBRA DE DIOS
Pues nada, que como
siempre tiene que estar haciendo algo y en aquel momento tenía más a mano el
barro que la harina, y estaba más inspirado, Dios dejó el chuscu para que Io
creara el homo astur, y Él, como Sumo Hacedor que es, quiso hacer una virguería
(qué chapuza) y creó el orator.
Hizo a Rajoy, le
sacó una costilla y creó a Soraya. Después les sopló para que siempre
aparecieran de frente y que, de esta forma, la gente no se diera cuenta de lo
tracaleros que son, que en vez de ir hacia delante, lo que hacen es ir
caminando de culo.
Ya con un barro
adulterado, tuvo que añadir morgazu porque no daba, creó a Sánchez. Le salió de
un tamaño que le hizo pensar, cónchale, con una costilla de éste me salen dos mujeres,
y creo a Adriana Lastra y Margarita Robles. Después les sopló el ritmo de la
yenka para moverse y la desfachatez para que, sin ningún pudor, puedan asegurar
que sólo bailan pasodoble.
Ya ni barro ni
morgazu para crear nada. Pero, a ver, si Él no tiene recursos quién los va a
tener. Se acuclilló detrás de una nube, se puso una mascarilla y guantes
quirúrgicos celestiales, echó mano atrás y en un plisplás Pablo e Irene.
Naturalmente no iba a quitarse la mascarilla para insuflar nada a semejante miasma,
de manera que se alejó tan rápido como pudo dejándolos tal cual. El que se los
quiera calar que se los cale, pensó.
Señor, ¿por qué
esta llaga para la nación que el mundo ha dado en llamar El brazo armado de
Cristo, por considerarla la más firme defensora de tu doctrina?
Los caminos del
Señor son inescrutables y hay quienes confían en su bondad.
Hay gente pa to.