lunes, 30 de octubre de 2017

EL HOMBRE POLÍTICO COMO OBRA DE DIOS
Pues nada, que como siempre tiene que estar haciendo algo y en aquel momento tenía más a mano el barro que la harina, y estaba más inspirado, Dios dejó el chuscu para que Io creara el homo astur, y Él, como Sumo Hacedor que es, quiso hacer una virguería (qué chapuza) y creó el orator.
Hizo a Rajoy, le sacó una costilla y creó a Soraya. Después les sopló para que siempre aparecieran de frente y que, de esta forma, la gente no se diera cuenta de lo tracaleros que son, que en vez de ir hacia delante, lo que hacen es ir caminando de culo.
Ya con un barro adulterado, tuvo que añadir morgazu porque no daba, creó a Sánchez. Le salió de un tamaño que le hizo pensar, cónchale, con una costilla de éste me salen dos mujeres, y creo a Adriana Lastra y Margarita Robles. Después les sopló el ritmo de la yenka para moverse y la desfachatez para que, sin ningún pudor, puedan asegurar  que sólo bailan pasodoble.
Ya ni barro ni morgazu para crear nada. Pero, a ver, si Él no tiene recursos quién los va a tener. Se acuclilló detrás de una nube, se puso una mascarilla y guantes quirúrgicos celestiales, echó mano atrás y en un plisplás Pablo e Irene. Naturalmente no iba a quitarse la mascarilla para insuflar nada a semejante miasma, de manera que se alejó tan rápido como pudo dejándolos tal cual. El que se los quiera calar que se los cale, pensó.
Señor, ¿por qué esta llaga para la nación que el mundo ha dado en llamar El brazo armado de Cristo, por considerarla la más firme defensora de tu doctrina?
Los caminos del Señor son inescrutables y hay quienes confían en su bondad.

Hay gente pa to.

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