lunes, 30 de octubre de 2017

PESO DEL AHORCADO VERSUS RESISTENCIA DE LA SOGA
¿Se imaginan la ejecución de un reo ahorcándolo con una cinta de atar alpargatas, o desenchufando la cafetera para enchufar la silla eléctrica?
¿Acaso pueden creer que los tres mosqueteros “españoles”, con sus espadas de anime, Rajoy, Sanchez y Rivera, tienen por seguro ganar unas elecciones catalanas que, por lo oído, han pensado convocar para “resolver” el problema separatista?
Yo creo que ni ellos mismos se creen las encuestas que venían dando uno o dos puntos de ventaja a los catalanes que no querían la independencia y que, ahora, acongojados muchos independentistas con el guirigay de turno, esa ventaja se vea notablemente aumentada.
No. Qué va. Ellos mejor que nadie saben que no hay tanta diferencia  como parece entre lo que sale de las urnas y lo que sale de los bombos de la lotería. Una votación casi siempre es un albur. ¿Por qué entonces piensan recurrir a ella?
Fácil. Porque, pase lo que pase, ellos siempre ganan. Pierde España, pero eso ¿a quién le importa? Si entran a gobernar Cataluña, qué bien, no declararan la independencia a cara de perro. Si van a seguir siendo oposición a la que no permiten oponerse, no mal, seguirán sin consentirla a culo de can.
¿Acaso las leyes se dictan pensando en el instrumento que se va a utilizar para hacerlas cumplir? ¿La sentencia a la horca será o no a muerte dependiendo de la resistencia de la cinta de alpargatas que use el verdugo?
¿Qué pena sufrirá en ladrón de gallinas en Oviedo si la justicia que el juez dicta es una consulta sobre el precio de las parrochas en Gijón?
El Puigdemont,  sus puigdemones y otros que lo son más que él, han delinquido, la actuación inmediata que corresponde será el enjuiciamiento y condena correspondiente. ¿Qué relación tiene la convocatoria a elecciones con la lógica respuesta  a los delincuentes?
No hace falta estudiar medicina, tienes un cáncer en una uña, te la cortas y listo. No, que esa uña me viene bien para rascarme donde me pica. Ya el cáncer pasa de la primera falange, te cortas el dedo y listo. No, que ese dedo me viene bien para metérmelo donde me quepa. El cáncer sigue y sigue, ya no se puede extirpar, hay que desechar la cirugía, ya sólo cabe bombardearlo desde fuera y desde dentro, y a ver qué pasa. Pero, qué va a pasar si los doctos doctores ni siquiera están por esa labor. Marihuana para mantener al paciente en la inopia hasta que se muera, que no moleste, o lo haga lo menos posible, con sus gritos. Ellos a seguir cobrando, de bata blanca, símbolo de qué pureza y asepsia.
Está claro, España al hoyo y los políticos al bollo.


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