viernes, 16 de octubre de 2009

¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO? YA NO ES RELEVANTE.

El dueño es el gato, eso está claro. Tiene un título de propiedad extendido por la naturaleza y ratificado por la obra cumbre de ésta -qué chapuza-, el hombre. Pero ahí están los ratones. Salvo a esos cuatro insólitos hindúes que los alimentan y veneran -nada significativo, porque para ascetas y majaretas...-, ¿a quién le hacen gracia los ratones? Bueno, pues a pesar de ser denostados y perseguidos, supuestamente, no sólo por los gatos, cada vez son más y le comen más y más terreno a los mininos y a los que no lo son.

Así son las cosas en Zapaterolandia. El egregio hombre de Estado que da nombre a este país de realidad fantástica, ha dejado, comparativamente, en dos meras partículas creativas a los, desde luego menos ilustres, Walt Disney y Joseph Barbera, pues mientras estos mimaban, uno y uno, a sus ratones protagonistas que daban caña a los gatos, nuestro prócer es un dador mimosamente millonario que intenta complacer con todos los medios a su disposición -que no suyos- a su multimillonaria y exigente población de múridos. A tal punto ha llegado el desparrame de su gracia, que ya a los ratones, nunca lo imaginaron tan gordo, lo que menos les preocupa es que al gato ande con o sin cascabel. Es uno el que ahora se pregunta: ¿Dónde coño está el gato?

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