martes, 20 de octubre de 2009

VOY A CONSTRUIR UNA CIUDAD.


Mi intención es crear el mejor de los ambientes posibles para los ciudadanos de esta ciudad, y al decir ambiente me refiero a todo lo que pueda compendiar esta expresión. Así pues, ya desde el principio, debe quedar claro que su población estaría conformada, exclusivamente, por seres humanos de élite – con libertad para hacerse acompañar de las mascotas tradicionales.

Entiéndase bien lo que yo entiendo como élite, no los más ricos, los más guapos, o los más listos, sino aquellos cuyos valores morales, forma de conducirse, atención a la higiene, etc. no dejen resquicios a la duda sobre su condición. Por si aún no estuviera claro, insisto en hacerlo cristalino: No excluyo a los signados por la desgracia, sino a los autodesgraciados.

La ciudad, por tanto, contará con un perímetro de seguridad que habrá de salvarse mediante un salvoconducto que portarán todos aquellos que quieran acceder a ella, sean o no habitantes de la misma. Para proveerse de este salvoconducto, quienes así lo deseen, han de someterse a un chequeo pormenorizado de su vida y milagros. Pretendo una ciudad aséptica, donde la prestación de ayuda entre sus moradores sea una cuestión de justicia y no una falsa manifestación de bondad, una cursi sensibilidad, de ridícula caridad de beatas obsoletas, de no menos ridículas damas sin nada que hacer que pretenden aureolarse de benefactoras, displicentes desde la “altura” que les da posición social, o las acciones dadivosas de quienes dan lo de los demás como si fuera suyo con fines proselitistas… etc. etc.

Ya le meto mano a la ciudad física. Se ha de corresponder con los valores de quienes van a habitarla. Una ciudad hecha para servir a sus habitantes y no para alimentar el ego de O. Gherys con antiestéticas plastas y retorcidos volúmenes carentes de sentido práctico alguno; o de Calatravas enrevesados y despilfarradores con engarabintuntanguilados que los desengarabintuntanguiladores que no lo son llaman vanguardistas. No. Ningún invento mejor para la arquitectura y el urbanismo que las líneas rectas perpendiculares y paralelas.

Establecido lo cual. El hombre no debe joderse la vida ahogándose en la contaminación que él mismo produce, ni haciendo regates a sus propios vehículos tal como la liebre que trata de librarse de la implacable persecución de una jauría de galgos. (Continuará…)

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